La obra es fruto del interés y la voluntad de este Instituto de poner el patrimonio cartográfico del territorio de Catalunya, disperso por todo el mundo, al alcance de todos.

Con este libro podrán disfrutar de los mapas que configuran un atlas manuscrito de principios del siglo XVIII, inédito y conservado en Viena, en el Archivo Militar de Austria. El atlas compila un conjunto de mapas de ciudades, villas y fortificaciones levantados por el ejército francés durante la Guerra de Sucesión y reunidos pocos años más tarde por Jacques Pennier.

En sus páginas podemos encontrar desde representaciones detalladas de la ciudad de Barcelona, hasta núcleos pequeños como Pardines, en el Ripollès, así como dibujos muy esquemáticos de fortificaciones. La variedad de estos sitios está directamente relacionada con los escenarios de dichas guerra, la mayor parte de los cuales se concentran en la zona norte del Principado de Cataluña y en la franja de la Cataluña francesa más cercana a la frontera. También incluye algunos mapas de otros lugares, como los de ambas partes de la frontera hispanofrancesa en el País Vasco, los de la frontera hispanolusitana y algunos otros como Gibraltar o la parte baja del río Tajo.

La peculiar dispersión geográfica de los sitios cartografiados y su diversidad, reunidos en un solo documento, responde a la finalidad del atlas de servir a la estrategia militar en la localización de lugares donde alojar a las tropas. Por este motivo, además de grandes fortificaciones como Cardona, Hostalric o Tortosa, en esta obra también se encuentran representaciones de emplazamientos más pequeños. Son imágenes que, en algunos casos, adquieren un gran valor por tratarse de los primeros testigos cartográficos conocidos de dichos lugares.

Desde la perspectiva de la representación del territorio, hay que mencionar la riqueza cromática y un grafismo pulcro que, a pesar de los errores que puedan encontrarse, muestran con esmero la realidad geográfica del momento.

Los mapas que se representan, pues, son documentos y testigos de unos paisajes de principios del siglo XVIII y, al mismo tiempo, un valioso legado cartográfico por la información histórica y geográfica que contienen.

Documentos de calidad como éste nos adentran en el pasado del territorio y contribuyen al conocimiento de nuestro país.