Toda cultura, por antigua que sea, ha tenido la necesidad de representar el espacio territorial propio y del mundo en general. Los lenguajes, primero orales y después escritos, no han satisfecho todas las necesidades humanas de codificación y descripción de los diversos nombres geográficos que las culturas iban descubriendo y haciéndose suyos. Se ha recorrido un largo camino en la aparición de las formas cartográficas, desde la plasmación y el confiar en las noticias de los viajeros y sus descripciones, realizando un esfuerzo de imaginación geográfico gigantesco, hasta la aparición de la medida como concepto y las tecnologías instrumentales que hoy en día ya nos banalizan este esfuerzo.

Hoy en día, la tecnología ayuda a que la imaginación y el acierto en la representación y la descripción pueda utilizarse en el objetivo del viaje, no tanto en el viaje en sí mismo.

El viajero ya conoce de antemano donde está, qué encontrará y muchas de las incógnitas del viaje ya están resueltas, y puede concentrarse en el verdadero sentido del viaje humano, preguntándose dónde va y porqué.

Con esta obra queremos acercarles al mundo de la cartografía desde el punto de vista infantil, que quizás es el más difícil, ya que sobre una hoja en blanco los conceptos deben estar especialmente bien expuestos y descritos de manera didáctica.